miércoles, 22 de octubre de 2008

Oda a la admiración secreta


Miradas tímidas, sonrisas delatadoras, invitaciones tan sutiles que pocos notan su sexual intención oculta.

Tus pensamientos divagan, no hay nada que pase por tu mente, algo ha sucedido. Esa persona te conquistó con la misteriosa fuerza de la conexión erótica.

Me pillaste viéndote, o habré de decir admirándote. Sonreímos juntos, pero la cereza del pastel de la sonrisa fue la mirada que nos cruzamos mientras un arco de gozo se dibujaba en nuestro rostro. ¿Sabrás que en mis adentros mi intención deliberada es coquetearte?

Mi corazón se quema por saber una respuesta, porque seguramente nunca volveré a verte. Quise llevarte a la alcoba para sumergirme en la espontaneidad natural de mi atracción prohibida. Más los pensamientos le pusieron freno al flujo del magnetismo, y en el abismo del olvido, caerá por siempre aquella conexión.

Un torbellino de deseos rondaron por mis venas en tu honor. Nunca lo sabrás, talvez lo sospecharás, al menos viví el momento, y en el puño de mi pluma digital vivirá por largos días.

2 comentarios:

Ricardo Torres dijo...

Muy pero muy bonito poema..

Buscaba algo de inspiracion para escribirle una carta de "Admiracion Secreta" a mi vecina, y me encanto tu Oda, basicamente es lo que quiero decir.

Saludos

Los Hermanos Cervantes dijo...

Gracias Ricardo, suerte en tu proceso de coqueteo. No importa como ella reaccione, sigue tu impulso erótico con elegante hidalguía.